domingo, 6 de noviembre de 2011

Nada es lo que parece.

A la hora de la verdad, Lula actúa a su modo, a su ser. Todo el mundo piensa que es una chica recatada, tonta y hasta a veces insignificante. Una persona inofensiva.
Muchas veces ha intentado mostrarse tal y como de verdad es, pero esa inseguridad es lo que le hace encerrarse en sí misma y dar esa sensación de inocencia y cobardía que la gente le tacha.
¿No es más que otro momento de prejuicios? Nadie se libra de ellos, asíque, no lo descartaría.
De nuevo, ese síntoma de ridículo rondando por su mente le impide decir lo que piensa e impide que su verdadero Yo salga a la luz.

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