No es de inconformistas querer estar continuamente en movimiento sin detenerse en la pura rutina. Es algo con lo que no podría vivir. Continuamente nos sometemos a obligaciones que no nos dejan vivir la vida al máximo, y eso que es lo que la gente dice continuamente. ¡Qué paradoja!
Por eso, voy a vivir a mi ritmo. Con paso lento pero firme, observando todo lo que me rodea sin pararme a pensar si lo estoy haciendo bien o mal. Cada paso que dé será un nuevo comienzo y cada comienzo será, a su vez, un medio de aprendizaje.
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